¿Saben? A mi con las películas cómicas y las de terror me ocurre exactamente lo mismo, me atraen por su portada o por su tráiler y terminan decepcionandome peor que cuando le di su décima oportunidad a mi ex. Sin embargo hace poco, explorando un poco en ese enorme catálogo que es Netflix me encontré una cinta que logró lo que muchas otras no habían logrado: DESTORNILLARME DE LA RISA. Y su título es LA FAMILIA MITCHELL VS. LAS MAQUINAS (THE MITCHELLS VS. THE MACHINES).

Se trata de una película animada que comienza con la clásica familia disfuncional, como la tuya o como la mía. Nuestra protagonista es Katie Mitchell, es la joven creativa, aspirante a cineasta y con ideas innovadoras y divertidas que expone en su canal de YouTube con muy poco éxito y pocos suscriptores (porque efectivamente, en esta plataforma para encontrar lo bueno se tiene que escarbar entre un montón de basura). Ella aspira a entrar a la universidad para perseguir su sueño y de paso alejarse de su papá, Rick, con quien la relación se ha vuelto poco armónica debido a la brecha generacional, incluso en una escena hace referencia a las portadas de los discos de Journey (si sabes quién es Journey pronto te tocará ser vacunado contra el COVID-19, no te preocupes). El resto de la familia son Linda, la madre optimista, Aaron, el hermano menor que adora a los dinosaurios y Monchi, un perro pug bastante tonto y con un ligero parecido en su expresión al secretario de relaciones exteriores Marcelo Ebrard.

Por otro lado tenemos a Mark Bowman, quien es una mente brillante y fundador de una gran transnacional de tecnología de vanguardia, un personaje muy al estilo de Steve Jobs. Su empresa se llama PAL (suena muy parecido a APL, ¿verdad?), y durante la presentación de una nueva línea de robots que serán los nuevos asistentes domésticos que toda ama de casa necesita (me incluyo), se desata el caos, la verdadera rebelión de las máquinas. Allí es donde la trama da un giro y se convierte en una película de ciencia ficción.

El estilo de animación quizás les recuerde un poco a Gravity Falls, y es que los creadores de esta cinta son nada menos que Michael Rianda y Jeff Rowe, quienes fueron parte del equipo creativo de esta genial caricatura. La estética es definitivamente hermosa, a veces sumamente realista, y en otras absurdamente infantil, mientras que el guión no te da un respiro, está plagado de momentos de comedia y acción. La animación tiene elementos de El increíble mundo de Gumball, Spider man: Into the Spider-Verse, Tron, Yo robot y muchísimas producciones más.

Se trata de una película para ver en familia. Una recomendación, no la acompañes con refresco o con botana, porque creo, sin temor a equivocarme, que van a terminar en tu pantalla, ya que la risa está garantizada (a mí me pasó). Por cierto, si alguien te pregunta cómo te enteraste de esta maravilla cinematográfica no olvides mencionar: ME LO DIJO SAULA.

Escrito por: Saula Mandujanevsky 

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