Cuando pensábamos que formalizar el Home Office en México estaba a años luz, llegaron unos senadores geniecillos malvados a buscar lo mejor para los trabajadores que han hecho de sus casas unas oficinas de dudosa eficiencia.
La nueva "reforma a la Ley Federal del Trabajo", en materia de teletrabajo, propone que los empleadores cubran los gastos referentes al trabajo como lo pueden ser el internet, la luz, una silla ergonómica en lugar de su silla de corona, una impresora, computadora, Netflix, Disney+, Caguama como motor laboral, entre otras. También busca separar de manera clara las horas laborales de las horas personales de empleado, para que no ande viendo la novela en horas laborales y mucho menos que se vaya a andar perdiendo la novela por la chamba.
El patrón solo se deberá hacer cargo de estos gastos si el empleado realiza más del cuarenta por ciento de su trabajo de forma remota, así que no piense que por tener que trabajar un día desde su casa porque anda crudo, su jefe debe pagar su recibo de internet y de luz.