Entre no volverme loco con mis pensamientos y deprimirme por lo que el mundo nos escupe semana con semana siempre hay algo de que opinar.

Tenemos dos eventos con un resultado similar, del lado de los fifas está CR7 con su polémico fuchi al veneno favorito de la humanidad y por el otro lado Tarzánbara de Regil vendiendo suplemento alimenticio para caballos de carreras, pero ¿Qué tienen en común ambos acontecimientos? Desde luego, la capacidad de comprar pendejadas o dejar de comprarlas siendo influenciados por personas de cartón, mismas que dejan visible la causa y solución de la mayoría de nuestros problemas: EL CONSUMISMO

Ya lo decía Aristóteles, el ser humano es un animal político pero esa era una definición que funcionaba en tiempo donde estaban de moda las togas y la metafísica, no era un choro de un hípster queriendo ligar, pero las prioridades cambian y ahora podríamos decir que el ser humano es un animal consumista.

En las últimas décadas el avance de la humanidad prácticamente se basa en oferta y demanda ¿Quién tiene más y mejores cosas para vendernos? ¿Quién tiene el suficiente dinero para comprar cosas que se nos vuelven un vicio? Ya sea refrescos o la promesa de un cuerpo perfecto. Todo basándose en la idea de adquirir para poseer y desechar para volver a adquirir, por ejemplo, las micro tecnologías, como el celular desde donde estás leyendo esta nota. ¡Y ya se! es una ironía usar un medio para intentar evidenciar al mismo.

¿Qué papel juegan las figuras publicas en todo esto? La respuesta es sencilla: Somos muy manipulables, con el gesto de CR7 al quitar de cuadro las botellas de Coca - Cola la empresa tuvo perdidas en la bolsa que ascienden a 4000 millones de dólares (le doy un sorbo a mi coca cola mientras escribo esto).

Por otra parte, los consumidores del producto que ofrece Barbara de Regil serán propensos a desarrollar problemas renales mientras tú te preguntarás ¿Y qué? eso a mi no me pasó. Quizá tengas razón, pero la cuestión es que todos somos presas de esta rueda en donde le damos valor a las opiniones de personajes famosos, cuyas vidas atascadas de consumo y una supuesta perfección nos llevan a desear ser como ellos y lo materializamos comprando sus productos o bien, dejando de tomar lo que ellos dejen de tomar.

Hemos dejado que la gran maquina convierta todo en un producto, incluso la vida política del país; ya lo vimos en las pasadas campañas políticas, candidatos demostrando más destreza bailando en tik tok que teniendo propuestas reales para convertirse en una en mercancía empática que permita tener más seguidores que son votantes potenciales.

Y bueno ¿De qué chingados me sirve saber todo esto? ¿Qué hacemos con toda la basura propagandística que nos bombardea constantemente en redes sociales? Ya no puedes estar hablando de lo que sea sin que te salgan diez mil anuncios sobre lo que mencionas en tus platicas, y si eso no funciona, sale algún famoso recomendándote un producto te dará la serotonina que tu cerebro no puede producir.

¿Cuál es la solución a todo esto? Pues no creo que este en irse a vivir al cerro y alimentarse de semillas, y si ustedes no saben como detener esto, yo tampoco. Es solo que ya es demasiado el tiempo que le dedicamos a estar pendientes de lo que hace un famoso o las grandes marcas de productos innecesarios, y no nos detenemos a preguntar sobre la red de pornografía infantil de la SEP, ah ahí si nadie quiere cancelar a alguien o quemar en redes a los culpables o llenarlos de mensajes de odio, pero no se preocupen no hay nada que una coquita de vidrio bien fría y unos taquitos no hagan olvidar.  

Escrito por: Alfonso Coca 

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